En el mundo del desarrollo de software y más allá, encontrar un equilibrio entre el enfoque y la productividad es un desafío constante. A menudo, hablamos de cómo las reuniones afectan negativamente a nuestro estado de concentración, pero ¿qué pasa con lo que hacemos antes de comenzar nuestras tareas? Una rutina de activación puede ser la clave para preparar tu mente y cuerpo para rendir al máximo en las tareas que realmente importan.
Si estás interesado en entender cómo las reuniones interrumpen el flujo de trabajo y afectan el nivel de activación mental (arousal), te invito a explorar este artículo relacionado:

También examinaremos cómo las reuniones ágiles ofrecen soluciones para mitigar estas interrupciones.
Ahora, vamos a centrarnos en el poder de las rutinas de activación para ayudarte a alcanzar tu mejor rendimiento diario.
La Ciencia detrás del Arousal y las Rutinas de Activación
El arousal es el nivel de activación mental y física que experimentamos. Puede entenderse como el estado de alerta que necesitamos para abordar nuestras tareas con eficacia. Según la Ley de Yerkes-Dodson, un nivel moderado de activación es ideal para el rendimiento óptimo: ni demasiado bajo, donde caemos en la apatía, ni demasiado alto, que puede generar estrés.
En el ámbito físico, los deportistas utilizan rutinas de activación antes de entrenar. Estiramientos, movilidad y ejercicios de baja intensidad son clave para alcanzar un estado físico y mental ideal antes de enfrentarse a ejercicios más exigentes. ¿Por qué no aplicar ese mismo principio al trabajo intelectual?
Crear una rutina específica para comenzar el día o reactivar la concentración tras una interrupción puede ser un cambio significativo en tu productividad diaria.
Mi Rutina de Activación: Un Ejemplo Práctico
Cada persona tiene su propia forma de activarse, pero quiero compartirte mi enfoque, que me ayuda a prepararme tanto mental como físicamente para las tareas del día:
Preparar un café: Más allá de ser una simple bebida, el café marca el comienzo de mi jornada laboral. Es un gesto repetitivo que mi cuerpo asocia con entrar en modo trabajo. Durante este momento, organizo mentalmente el flujo del día.
Revisar tareas pendientes: Hago una revisión rápida de correos electrónicos y revisiones de código. Esto me ayuda a eliminar posibles distracciones y a identificar los puntos clave antes de sumergirme en mis principales tareas.
Poner en contexto la tarea actual: Antes de comenzar una tarea importante, reviso el estado actual del avance. ¿Qué se ha hecho? ¿Qué falta por completar? Además, me marco un objetivo claro de dónde quiero dejar la tarea al finalizar el día, lo que me ayuda a tener un sentido de progreso.
Reiniciar tras las pausas: Después de una reunión o descanso, repito un mini proceso similar: café, revisar el estado de la tarea y retomar con claridad. Esto evita que la interrupción me deje en un limbo productivo y me ayuda a volver al nivel de arousal adecuado rápidamente.
Comparación con el Entrenamiento Físico
En el entrenamiento físico, comenzar directamente con una rutina intensa puede llevar a lesiones o un rendimiento subóptimo. Los estiramientos y ejercicios de movilidad calientan los músculos y aumentan el enfoque mental, preparando al cuerpo para lo que está por venir. En el trabajo, enfrentarte a una tarea compleja sin preparación puede generar frustración o pérdida de tiempo. Al igual que un calentamiento físico, una rutina de activación mental prepara tu cerebro para abordar los desafíos más exigentes.
Construye tu Propia Rutina
Desarrollar una rutina de activación no tiene que ser complicado. Aquí tienes algunos elementos clave que puedes adaptar a tus necesidades:
- Asocia una acción con el comienzo del trabajo: Como mi ejemplo con el café, busca algo que marque el inicio de tu jornada. Puede ser una caminata breve, escuchar música o meditar durante unos minutos.
- Elimina distracciones anticipadamente: Antes de comenzar una tarea, despeja correos, mensajes o cualquier otra interrupción que pueda surgir.
- Define objetivos claros: Saber qué quieres lograr antes de terminar una sesión de trabajo te ayuda a mantenerte enfocado.
- Crea micro rutinas post-interrupciones: Cuando debas pausar por una reunión o un descanso, realiza una versión reducida de tu rutina para retomar la concentración más rápido.
Beneficios a Largo Plazo
Adoptar una rutina de activación no solo mejora tu productividad diaria, sino que también puede reducir el estrés y fomentar un mayor control sobre tu tiempo. Al igual que ocurre en el deporte, una preparación adecuada no solo optimiza el rendimiento en cada tarea, sino que te deja con energía y motivación para seguir avanzando.
Una Herramienta Poderosa
La rutina de activación es una herramienta poderosa que puede transformar tu forma de trabajar y aumentar tu rendimiento. En lugar de entrar en modo trabajo de manera automática, dedica unos minutos a preparar tu mente y cuerpo para el desafío que tienes delante. No es solo cuestión de productividad, sino también de bienestar. Así como cuidamos nuestro cuerpo antes de un entrenamiento, cuidar nuestra mente antes de enfrentar el día laboral es igual de importante.